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Investigan hongos nativos para desarrollar filtros solares naturales

Investigan hongos nativos para desarrollar filtros solares naturales

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Tiempo de lectura: 2 minutos La investigadora de la UdeC, Solange Torres Galán, estudia el potencial de los hongos nativos para producir metabolitos bioactivos bajo condiciones de estrés, como la radiación UV-B.

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Los hongos son reconocidos como una fuente promisoria de metabolitos de interés para áreas tan diversas como la industria farmacológica, alimentaria, cosmética, nutracéutica y biotecnológica, entre otras.

De alto potencial bioactivo, estos compuestos químicos que resultan del proceso metabólico se producen, entre otras razones, como una respuesta frente a factores estresores abióticos.

Este mecanismo de defensa es uno de los tópicos de investigación de la investigadora de la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas (FCNO) de la Universidad de Concepción, Dra. Solange Torres Galán, quien en los últimos años ha puesto especial atención a la reacción de ciertos hongos nativos a los rayos ultravioleta (UV-B).

“Estos hongos, que han sido poco estudiados, se caracterizan por presentar una diversidad de metabolitos de variada naturaleza estructural”, afirma la Dra. Torres.

Uso como filtro solar

A partir de un proyecto Fondef de Valoración de la Investigación Universitaria (VIU), la investigadora del llegó a la formulación de un nuevo tipo de filtro solar, sobre la base de pigmentos producidos en cultivos de hongos sometidos a estrés por radiación UV-B.

“En el país y a nivel internacional hay mucha incidencia de distintos tipos cáncer y uno siempre busca que la investigación presente soluciones a las problemáticas existentes. Desde ese punto de vista, decidí enfocarme en el cáncer de piel, pensando también en la alta demanda por protectores solares en el mercado”, cuenta.

Como la gran mayoría de los filtros existentes usan compuestos sintéticos que pueden generar toxicidad, optó por un producto de protección solar de origen natural, inspirado en el mecanismo de defensa de los hongos.

Cuando estos organismos se exponen a luz ultravioleta en condiciones de laboratorio o en cultivos in vitro sintetizan más pigmentos para protegerse de esta radiación, explica.

Los estudios indican que estos pigmentos fotoprotectores pueden ser biosintetizados en hongos para absorber la radiación UV y también inhibir los radicales libres, responsables de la oxidación.

El filtro solar desarrollado por la investigadora -con etapas de trabajo con la Incubadora UdeC y la empresa spin off de la Universidad, Functional Life– muestra las mismas cualidades de los pigmentos fúngicos, de modo que junto con su acción fotoprotectora tiene la ventaja de brindar un efecto antioxidante, “que reduce la inflamación en la células epidérmicas, algo que -dice- otros filtros solares no pueden hacer”.

La crema de uso tópico se desarrolló a nivel de prototipo en dos formulaciones -cada una con una especie distinta de hongo- que  funcionan tanto para la radiación UV-A y UV-B. Además, ambos productos mostraron tener propiedades físicas y químicas adecuadas a sus fines.

Vitamina D

La investigadora encabeza ahora un proyecto Fondecyt de Iniciación en el que utiliza la radiación UV-B para incrementar la producción de vitamina D en hongos andino-patagónicos comestibles.

Este estudio abre posibilidades a la producción de setas con mayor concentración de la vitamina o de alimentos enriquecidos con ella pensando en subsanar las deficiencias nutricionales en la población.

En Chile la suplementación de alimentos con vitamina D está más bien orientada a productos lácteos y no consideran a los hongos comestibles como fuente de este micronutriente, tema que sí se estudia a nivel internacional.

Por otro lado, el país ofrece una gran diversidad de especies que son cultivables o que crecen naturalmente en los bosques andino-patagónicos y que tienen el potencial de incrementar su contenido de vitamina D2 y, de este modo, su valor nutritivo-medicinal.


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