«Hace 30 años era impredecible el camino de los nanocristales»
Tiempo de lectura: 3 minutos El científico francés Moungi G. Bawendi, uno de los tres galardonados con el Premio Nobel de Química de este año, se sorprende por el curso y desarrollo que tomó el descubrimiento de los puntos cuánticos, conocidos también por los nanocristales, que hoy se emplean en monitores, pantallas y lámparas LED.
«Nunca hubiera pensado que se podrían fabricar estas cosas a una escala comercial tan grande y que fueran lo suficientemente económicas como para poder incorporarlas, y que además realmente marcarían una diferencia en el área del consumidor», comentó Bawendi en una rueda de prensa a pocas horas de conocerse la noticia del Nobel.
La conferencia de prensa, a través de Zoom, fue organizada por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), donde el científico dirige un laboratorio que lleva su nombre.
La conversación con la prensa contó con la presencia de Sally Kornbluth, presidenta del MIT, una universidad privada afincada en Cambridge, Massachusetts, considerada una de las mejores y más prestigiosas del mundo.
Kornbluth, al presentar a Bawendi, dijo que ha sido «un mentor, profesor y colega prolífico y solicitado en todas las disciplinas, al mismo tiempo que lanzó una empresa basada en los descubrimientos de su equipo y se convirtió en uno de los químicos más influyentes del mundo».
Bawendi, cuyo laboratorio se centra en la ciencia y las aplicaciones de los nanocristales, especialmente en los nanocristales semiconductores, también conocidos como puntos cuánticos, reconoció estar sorprendido con los logros alcanzados en esta materia.
La innovación toma caminos impredecibles
«Realmente no esperaba eso. Creo que hace 30 años ninguno de los que comenzamos en este campo podría haber predicho dónde estaríamos hoy. La innovación surge en direcciones que no puedes predecir», añadió el científico.
Los puntos cuánticos son nanopartículas tan minúsculas que sus propiedades están determinadas por fenómenos cuánticos. Los científicos que las descubrieron y sintetizaron, Moungi G. Bawendi, Louis E. Brus y Alexei I. Ekimov, lograron esta semana el Nobel de Química, según anunció la Real Academia de las Ciencias Sueca.
Las numerosas aplicaciones prácticas de esta tecnología, que se emplea en monitores, pantallas y lámparas LED, pero también en la medicina y la bioquímica, y cuyo potencial está todavía lejos de agotarse, se deben a la investigación pionera de los tres laureados.
Hijo de madre francesa y padre tunecino, Bawendi, en 1990, poco después de obtener su doctorado en la Universidad de Chicago, se incorporó al Departamento de Química del MIT.
Bawendi no fue capaz de augurar, sin embargo «a dónde irá esto dentro de 10 años, porque yo mismo estoy esperando esa sorpresa. Estoy seguro que va a salir algo interesante«, sostuvo.
Preguntado sobre lo que más le ha sorprendido en su camino, no dudó en señalar el aprendizaje de diferentes áreas de la ciencia al mismo tiempo.
«El MIT es un lugar tan maravilloso donde todas las disciplinas se fusionan en los mismos edificios y permite la investigación cruzada y puedes simplemente caminar por el pasillo y encontrarte con un científico de materiales, o un ingeniero químico, o ingeniero eléctrico», comentó.
«He aprendido sobre Biología, Medicina, Ingeniería Eléctrica, óptica…Al principio fue la curiosidad por el material, pero ahora simplemente estoy interesado en la ciencia en general y en aprender sobre todos estos campos. Esto es una recompensa para mí», relató Bawendi.
El profesor del MIT también tuvo palabras sobre los dos científicos con los que comparte el Nobel.
«Obviamente, usted sabe que él estaba al otro lado del Telón de Acero hasta al menos los años 80, pero sus escritos me influyeron sin lugar a dudas», comentó sobre el físico ruso Alexei I. Ekimov, quien descubrió los nanocristales semiconductores mientras trabajaba en el Instituto Optico Estatal Vavilov, de St Petersburg, Rusia.
Sobre el estadounidense Louis E. Brus, afirmó que fue su «mentor ‘postdoctoral‘ y que está muy en deuda con él».
Anécdota
Durante la conversación con la prensa, trascendió una anécdota en la que Bawendi narró cómo suspendió un examen de química al entrar en la universidad.
«Estaba acostumbrado a no tener que estudiar para los exámenes. Estaba en una enorme sala con el supervisor. Simplemente entré en pánico. Traté de hacer todas las preguntas y al final saqué un 20 sobre 100. Era la nota más baja de la clase y pensé, ‘Dios mío, este es mi fin aquí'», recordó el científico, al tiempo que tuvo palabras elogiosas para sus estudiantes.
«Ahora nos interesa la posibilidad de que estos materiales se apliquen potencialmente en la óptica cuántica y en la ciencia de la información cuántica. Hace cinco años no creía que eso fuera posible», comentó sobre lo que investiga actualmente su laboratorio con respecto a los puntos cuánticos.
Fuente: EFE