Argentina estrena uno de los supercomputadores más potentes
Tiempo de lectura: < 1 minuto El supercomputador Clementina XXI, uno de los cien más potentes del mundo, comenzó a funcionar este miércoles 27 de septiembre en Argentina, mientras en Chile, que requiere con urgencia actualizar la capacidad de procesar enormes volúmenes de datos, no se ha dado ninguna señal de avanzar en esa dirección.
El ordenador, instalado en el Centro de Cómputos del Servicio Meteorológico Nacional, se utilizará para llevar a cabo estudios genéticos, diseñar fármacos y nuevos materiales industriales, modelar cuencas petrolíferas y de gas y desarrollar la inteligencia artificial y la ciencia de datos.
El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Argentina indicó que la capacidad de cálculo de Clementina XXI le permite ejecutar hasta 15.300 billones de operaciones matemáticas elementales por segundo.
Aunque estará alojada en el Servicio Meteorológico, todo el Sistema de Ciencia y Tecnología argentina podrá hacer uso de Clementina XXI.
A la puesta en marcha de Clementina XXI acudieron los ministros de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus; y Defensa, Jorge Taiana, que celebraron el acontecimiento y aseguraron que «sin ciencia no hay futuro para el país».
En este sentido, Filmus aprovechó el acto para arremeter contra las posiciones en materia de política científica del candidato a la Presidencia Javier Milei y aseguró que desarrollar Clementina XXI «hubiese sido difícil a través de la autofinanciación«, por la que aboga el aspirante libertario a la Casa Rosada.
«Tenemos la seguridad del aporte a la ciencia y tiene que ver con mejorar las condiciones de vida de la gente y también con comprometernos a defender y debatir por qué la ciencia es importante», dijo Filmus.
El titular de la cartera científica aseguró además que Argentina tiene «excelentes posibilidades de integrarse en el mundo con su capacidad de desarrollo científico tecnológico».
El nombre ‘Clementina’ no es una novedad en la historia de la computación en Argentina.
La primera máquina de este tipo se instaló en 1961 en Buenos Aires y el origen de su nombre parece estar en que la computadora podía interpretar la canción popular estadounidense «Oh, My Darling Clementine».
Fuente: EFE