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Heces de dinosaurios en San Pedro de Atacama

Heces de dinosaurios en San Pedro de Atacama

Cooperativa Ciencia,

Tiempo de lectura: 6 minutos La fauna que habitó el hoy desierto de Atacama hacían también, como todo ser vivo, sus necesidades. Heces de 250 millones de años de un anfibio con aspecto de reptil fueron halladas por la Red Paleontológica de la Universidad de Chile .

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Una zona ubicada al suroeste de la localidad de San Pedro de Atacama esconde un verdadero portal al remoto ecosistema que existió al inicio de la Era de los Dinosaurios. Esta ventana conduce directamente al Triásico, período que transcurre entre 251 y 201 millones de años atrás. En ese entonces, todos los continentes estaban unidos y daban forma a un supercontinente llamado Pangea, donde lo que hoy conocemos como el desierto más árido del mundo presentaba un paisaje muy distinto.

«Las rocas de Cerro Quimal nos cuentan una historia con abundante volcanismo, pero también con una rica diversidad vegetal conformada por especies de ambientes húmedos. Estos escenarios tuvieron lugar en márgenes de lagos distribuidos de norte a sur, aproximadamente desde San Pedro de Atacama hasta el límite sur de la Región de Antofagasta. Este lugar se ubicaba en el margen suroccidental del supercontinente Pangea», relata Rodrigo Otero, investigador de la Red Paleontológica de la Universidad de Chile. El científico encabezó una investigación que dio a conocer nuevos hallazgos del Triásico en esta zona, una de las pocas áreas geológicas del país con fósiles de vertebrados de este pasado tan lejano.

Cerro Quimal es una de las pocas áreas geológicas del país con fósiles de vertebrados del remoto período Triásico.

El estudio, publicado en la revista Journal of South American Earth Sciences, reveló la identidad de restos óseos pertenecientes a tres individuos de los que no se tenía antecedentes en el registro paleontológico chileno y cuya data se estima cercana a los 240 millones de años, en el Triásico medio. Dos de ellos corresponden a formas distintas de peces de agua dulce, mientras que el tercero se atribuyó a un peculiar anfibio, por lejos la evidencia ósea más antigua hallada en Chile de este tipo de vertebrados. Además de estos fósiles, los investigadores descubrieron coprolitos, es decir, fecas, las más antiguas encontradas en el país y el primer registro nacional de este tipo para la Era de los Dinosaurios.

“Creo que estamos recién asomándonos a lo que este yacimiento nos puede contar. Mi impresión es que este lugar puede deparar sorpresas», afirma el paleontólogo Rodrigo Otero

Nuevas piezas del origen de la Era de los Dinosaurios

Hasta ahora, el registro de vertebrados del remoto Triásico en Chile ha sido escaso y en esta área de estudio solo se conocen tres formas de arcosaurios, organismos que habitaron en un ambiente lagunar, de alta humedad, y asociado a eventos volcánicos periódicos.

Uno de ellos, el mejor descrito a la fecha, es el Chilenosuchus forttae, un aetosaurio acorazado con gruesas placas en el lomo y un hocico similar al de un cerdo. Diversos estudios lo han emparentado con los cocodrilos, aunque habría tenido una dieta principalmente herbívora. A esta especie se suma un pequeño y grácil dinosaurio de la familia Silesauridae, cuyo tamaño se cree cercano al de un perro mediano, y que destaca como uno de los registros más primitivos del grupo de los dinosaurios. También se ha reportado la presencia de un tipo de cocodrilo, posiblemente miembro de Sphenosuchia.

A estos registros se suman los recientes hallazgos dados a conocer por el equipo de la Red Paleontológica de la U. de Chile. Son nuevas piezas que agregan información sobre el ecosistema de esta zona hace 240 millones de años. «El estudio reconoce la presencia de dos formas de peces de agua dulce de unos 25 a 30 centímetros, correspondientes a pseudobeacóniidos y a una forma afín a Guaymallenia paramillensis. Lo interesante es que ambos tipos habían sido reportados previamente en la Cuenca Cuyana de Argentina, que latitudinalmente está más al sur«, detalla Otero.

Estos registros agregan nueva información sobre el ecosistema y la biodiversidad de esta zona hace 240 millones de años.

Junto a la identificación de estos peces de los que no se tenía antecedentes en el país, los investigadores identificaron a un temnospóndilo, un extraño anfibio con aspecto de reptil, comparable a las salamandras, cuyo largo estimaron en unos 80 centímetros. «La presencia de un temnospóndilo en el Triásico Medio es interesante, ya que este grupo se encuentra poco representado durante dicho lapso en Sudamérica. Esto abre importantes perspectivas para nuevos hallazgos de estos anfibios», señala Otero.

Este animal, que fue identificado a partir de un fragmento de cráneo, representa además el registro más antiguo de un anfibio en el país, superando en 170 millones de años a unas ranas que vivieron junto a los dinosaurios en la Patagonia chilena durante el Cretácico.

Este animal, que fue identificado a partir de un fragmento de cráneo, representa además el registro más antiguo de un anfibio en el país.

Registro más antiguo de heces en Chile

Junto a los restos óseos ya descritos, también se recuperaron fecas fosilizadas con formas espirales, que son producidos por un grupo acotado de vertebrados marinos. «Nuestra sospecha es que pueden corresponder a tiburones dulceacuícolas, considerando que en el norte de Chile existen registros de sus dientes tanto en el Pérmico como en el Triásico, pero que, lamentablemente, hasta ahora no han sido estudiados en detalle. Esperamos en futuras campañas poder hallar dientes que nos permitan mayor claridad respecto a estos hallazgos”, sostiene Otero.

El investigador afirma que es altamente probable que en el lugar haya más excrementos que permitan agregar información sobre los animales que poblaban esta zona hace 240 millones de años.

También se recuperaron fecas fosilizadas con formas espirales atribuibles a tiburones de agua dulce. Este es el registro de heces más antiguo del país y el primero descrito a nivel local para la Era de los Dinosaurios.

Este registro de heces sería el más antiguo del país y el primero descrito a nivel local dentro del período de tiempo que se conoce como Era de los Dinosaurios: “En Chile, solo se han hecho menciones a coprolitos de vertebrados, pero creo que ninguno de ellos ha proporcionado hasta ahora suficiente información para sugerir un candidato productor. El presente registro es el primero descrito en Chile de edad triásica, y el primero proveniente de ambiente lacustre”.

Por otra parte, el paleontólogo destaca la importancia de este tipo de hallazgos, por ejemplo, para determinar la dieta de los productores de estas fecas y, a través de ellas, conocer más sobre la biodiversidad de su entorno, algo que es posible mediante la microscopía electrónica.

Una ventana al pasado triásico chileno

Cerro Quimal es uno de los pocos lugares del país con registros fósiles del Triásico. Este período remoto marca una “recuperación” de la vida en la Tierra luego del mayor evento de extinción que ha enfrentado el planeta, donde se ha estimado que el 95% de las formas de vida sucumbieron. Esa es la gran importancia de esta ventana al pasado tan lejano del triásico chileno. “Es durante este lapso que en ambientes continentales aparecen los dinosaurios, las lagartijas, las tortugas, los cocodrilos y también los mamíferos. En cuanto a las plantas, aparecen los helechos y las coníferas. También aparecen nuevos insectos, como el linaje de los saltamontes, el de las moscas y el de las abejas y hormigas. En el mar, en tanto, el recambio y la diversificación de formas es explosiva”, detalla Otero.

Varios de los grupos localmente reconocidos tienen «parientes» triásicos de tamaños enormes en otras localidades. “Por ejemplo, existen temnospóndilos triásicos de 6 metros; y cocodrilomorfos como el Fasolasuchus pudieron llegar a 8 metros durante el Triásico”. Por esta razón, agrega, “creo que estamos recién asomándonos a lo que este yacimiento nos puede contar. Mi impresión es que este lugar puede deparar sorpresas. Las últimas campañas han ido en un número creciente de hallazgos. La unidad geológica posee diferentes niveles con huesos y además son relativamente abundantes, por lo que el potencial de futuros hallazgos es muy alto. Sin duda, habrá novedades respecto al registro de vertebrados en un futuro cercano”.

Estos descubrimientos fueron realizados en el contexto de un proyecto de investigación de los vertebrados de Cerro Quimal, liderado por el paleontólogo Sergio Soto, con autorización del Consejo de Monumentos Nacionales, y con el apoyo del Proyecto ACT-172099 (ANID-Chile) y el Museo de Historia Natural y Cultural del Desierto de Atacama.

En la imagen, de izquierda a derecha, los investigadores Sergio Soto, Rodrigo Otero y Jennyfer Rojas en la zona de Cerro Quimal.

Fuente: U. de Chile.


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