Un 90% consume en Chile la mitad de fibra recomendada
Tiempo de lectura: 2 minutos Un estudio realizado por académicas y académicos de la Universidad San Sebastián, reveló que el 90% de las y los chilenos no cumple con la mitad de la fibra recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El estudio Ingesta de fibra dietaria en Chile: A 13 años del último reporte nacional, elaborado por la académica de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad San Sebastián, Fabiola Fuentealba, junto a un equipo de académicos de la misma carrera, fue recientemente publicado en la revista Nutrients.
Para ello, se aplicó una encuesta a nivel nacional entre diciembre de 2022 y mayo de 2023, en un total de 1.761 adultos mayores de 18 años, lo que permitió determinar el consumo de fibra en el país. Información relevante, considerando que el último estudio al respecto data del 2010.
La investigación demostró que la ingesta de fibra diaria en Chile es de 12,8 gramos al día, sin diferencias de sexo, zona geográfica, ni urbanidad-ruralidad. Hace 13 años, el indicador era 12,5 g/día. Es decir, en más de una década, prácticamente no se ha avanzado, mientras que la recomendación de la OMS es de una ingesta de 25 gramos diarios en adultos. Esto quiere decir, que la población chilena esta casi un 50% bajo la recomendación.
¿Cómo aumentar la ingesta de fibra?
En este análisis se determinó que el mayor contribuyente en el consumo de fibra es el pan, un dato clave dada la alta tasa de consumo de este producto en Chile; luego están los cereales, vegetales (como manzanas, peras, cítricos, zanahorias, pepino y apio), las legumbres y los frutos secos.
Habitualmente el consumo de fibra se asocia a problemas de estreñimiento, sin embargo, es un súper-componente de los alimentos (o alimento funcional) al que no se le ha dado la relevancia que corresponde.
Entre otras cosas “regula los niveles de colesterol y disminuye los niveles de insulina y glucosa postprandial, lo que contribuye en un menor riesgo de diabetes, obesidad, algunos cánceres como colon, mamas y páncreas, además de enfermedades cardiovasculares”, comentó la investigadora a cargo, Fabiola Fuentealba.
También participa en importantes funciones del sistema digestivo: acrecienta el tiempo de masticación, disminuye la secreción de saliva y aumenta la expansión del estómago producto del incremento de volumen del bolo alimenticio. Un aspecto muy relevante, de acuerdo a la académica es que “controla la secreción de hormonas reguladoras de la ingesta, por lo tanto, favorece la disminución del apetito, lo que genera, como consecuencia, menor consumo de alimentos, contribuyendo en el menor riesgo de sobrepeso y, en el largo plazo, de la obesidad”, puntualizó la académica.
Los datos obtenidos son cruciales para el desarrollo de políticas de salud pública y estrategias de cambio de comportamiento para mejorar la calidad de la dieta, especialmente la ingesta de fibra dietaria a lo largo del ciclo vital.
Fuente: Universidad San Sebastián (USS)