La ciencia insiste en efectos negativos del cambio de hora
Tiempo de lectura: 3 minutos Diversas evidencias científicas demuestran que lo ideal sería mantener durante todo el año el de invierno e incluso retrasarlo una hora más, es decir, dos horas para quedar con el mismo huso horario de Perú. Esto serviría para no exponer al organismo a cambios que pueden implicar ansiedad, irritabilidad, baja productividad y una mayor tendencia a infartos.
El próximo sábado 2 de septiembre se producirá un nuevo cambio de hora, dando inicio al llamado horario de verano. O sea, cuando sean las 00:00, los relojes deberán adelantarse a la 01:00 de la madrugada, ocasionando a partir de ese momento mayor presencia de luz en las tardes, pero menos luz al levantarnos. Se trata de una dinámica que se repite cada año, pero que no deja de reabrir el debate en torno a las reales conveniencias y problemas asociados al cambio horario.
De acuerdo al cronobiólogo y académico del Instituto de Neurociencia de la Universidad de Valparaíso, John Ewer, el horario de verano es el más cuestionado porque “afecta el desempeño, genera más accidentes y las personas están menos concentradas. Este es un tema antiguo, hace diez años venimos señalando que es el Sol el que debe determinar el horario en el que el cuerpo humano debe despertar y dormir, no un reloj”.
Por su parte, el Dr. Luis Larrondo, director del Instituto Milenio de Biología Integrativa (iBio), señala que debería mantenerse un solo horario de manera continua. “Existen datos científicos, fruto de años de estudio, que dan cuenta del impacto negativo que generan los cambios de hora. Episodios de ansiedad, irritabilidad, pero también manifestaciones de baja productividad además de efectos medibles en la salud, son algunas consecuencias que podemos ver cuando el reloj biológico se desincroniza con el reloj social”.
El experto explica que dormir de noche y estar despierto durante el día es la manifestación más evidente de lo que se conoce como ritmo circadiano (del latín “cercano a un día”). Pero estos ritmos, controlados por este “reloj biológico”, regulan mucho más que eso, ya que modulan diariamente nuestra fisiología así como mucho de lo que ocurre en nuestras células. Por lo mismo, cuando la regulación normal de estos ciclos circadianos se altera, se pueden llegar a ver una serie de problemas fisiológicos, con mayor incidencia de cuadros de depresión, mayor propensión a accidentes, o problemas de rendimientos escolar y laboral. Es más, cuando la alteración del reloj circadiano es frecuente y severa (como en ciertos trabajos por turno), se ha podido evidenciar mayor frecuencia de casos de cáncer, o diversos problemas de salud en la población afectada.
Ley que duerme en el Senado
Actualmente, el proyecto de ley que regula la hora oficial en el territorio nacional se encuentra primer trámite constitucional desde el 28 de junio de 2022. Esto significa que la Sala del Senado acordó que el proyecto sea analizado primero por la Comisión de Salud, y posteriormente por la Comisión de Gobierno, Descentralización y Regionalización.
Los senadores que presentaron la moción argumentaron que una de las consecuencias de la longitud y orientación de nuestro país, es una notable heterogeneidad en los tiempos de exposición a la luz solar, en todas las estaciones del año.
Al igual que los académicos, los parlamentarios agregan que los efectos sobre el ciclo circadiano son severos cuando hay cambios horarios. Por otro lado, la actividad del reloj interno, además de regular nuestro estado de alerta, regula un sinnúmero de otras funciones internas, como ritmos de temperatura y de hormonas, entre ellas el de la melatonina, también conocida como «hormona del sueño», y de los glucocorticoides, los cuales regulan muchas funciones en diferentes tejidos, como por ejemplo, la respuesta inflamatoria de los pulmones.
Recomendaciones
Aún cuando la comunidad científica ha planteado esta postura en reiteradas ocasiones, el cambio de hora sigue siendo una realidad recurrente en Chile y, frente a eso, es aconsejable tomar ciertas recomendaciones que permiten aminorar los efectos adversos. “Debiésemos tratar de exponernos a la mayor cantidad de luz natural en las primeras horas de la mañana para dar señales inequívocas a nuestro cuerpo de mantenerse despierto. Priorizar actividad física y de exteriores en la mañana es también recomendable. Asimismo, es conveniente evitar el uso de pantallas digitales al acostarse en la noche, para no retrasar la capacidad de conciliar el sueño y así evitar amanecer cansados la mañana siguiente”, aconseja el director del iBio, añadiendo “las pantallas le dan señales al celebro de que aún hay luz (que es de día) y que debe permanecer despierto más tiempo del necesario”.
Fuente: U. de Chile