Patrimonio en 3D: Imprimen piezas de pueblos originarios
Tiempo de lectura: 2 minutos La iniciativa de la Universidad de Magallanes permitirá confeccionar objetos naturales como huesos de animales, fósiles y piezas usadas por los pueblos originarios a escala real. Además, busca proteger las piezas originarias del tráfico ilegal.
Con la finalidad de favorecer la investigación arqueológica y paleontológica en la zona más austral del país, la Universidad de Magallanes habilitó un nuevo espacio tecnológico para la ciencia. Se trata del Laboratorio de Digitalización Patrimonial 3D, ubicado en el Centro de Documentación del Instituto de la Patagonia.
El investigador asociado y coordinador del Centro de Estudios de Historia y Arqueología de la UMAG (CEHA), Víctor Sierpe, asegura que la implementación del laboratorio permitirá levantar un repositorio 3D a nivel institucional, con réplicas que apoyen la investigación. Además, permitirá trabajar contra el tráfico ilícito de bienes patrimoniales, a través de la confección de kits de ciertos objetos que, por Ley, no pueden ser transportados.
“Los kits que estamos generando podrán prestar apoyo al equipo denominado Red de Expertos para la Mesa Regional contra el Tráfico Ilícito de Bienes Patrimoniales. Esto nos permitirá imprimir ciertas piezas y entregarlas a entidades como las policías y aduanas, que son las que pueden pesquisar el transporte de estos elementos patrimoniales”, destacó Sierpe.
¿Cómo funciona?
Las muestras que se han impreso hasta la fecha corresponden a huesos, puntas de proyectil y otros elementos que están vinculados a diferentes proyectos con financiamiento Fondecyt y Fondart.
El Laboratorio de Digitalización Patrimonial 3D funciona con un escáner y una impresora 3D que, mediante un software, son operadas por las y los investigadores del CEHA y dos ayudantes que estudian Pedagogía.
“El escaneado tiene un tiempo de duración de dos a tres horas, y el postproceso depende de qué tan limpia pueda quedar la imagen. Un elemento pequeño puede tardar de dos a tres horas y un elemento más grande entre 17 a hasta 24 horas”.
La iniciativa fue posible gracias al proyecto MIAS (“Modelo Innovativo de Producción Científica en el contexto Antártico y Subantártico)” de la UMAG y el trabajo de las y los investigadores del Centro de Estudios de Historia y Arqueología del plantel.
FUENTE: UMAG