Luces y sombras de la obesidad infantil en Chile

En un 7% incrementó el estado nutricional de los estudiantes, es decir que se alimentan mejor, mientras que la obesidad total disminuyó en un 4,8%. Así lo indicó el recientemente lanzado Mapa Nutricional 2022 de Junaeb, que reveló el perfil nutricional de estudiantes de prekínder, kínder, 1° básico, 5° básico y 1° medio de 7.257 establecimientos educacionales financiados por el Estado

Las cifras del estudio evidencian una mejora en la alimentación de niños y niñas en comparación con la pandemia, pero también demuestran un preocupante aumento de la malnutrición en exceso en estudiantes del 5° básico, que llegó a 65,8%.

Al mismo tiempo, la encuesta arrojó que los alumnos que pertenecen a grupos con mayor vulnerabilidad socioeconómica presentan un 18.9% más de riesgo de tener obesidad, disminuyendo con lo sostenido en la entrega 2021 del estudio que marcó 28%.

En cuanto a la situación de las regiones, las que concentran un mayor porcentaje de estudiantes con obesidad total son: Magallanes (30,5%) y Aysén (29,6%), en oposición a las regiones Metropolitana (6,8%), Arica y Parinacota (6,3%) y Antofagasta (6,2%) que presentan un mayor porcentaje de estudiantes con mal nutrición por déficit.

Al respecto de los resultados del informe, el académico del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos INTA, Fernando Vio, alerta por el incremento de la obesidad infantil en Chile, que ha llegado a cifras casi similares a las de Estados Unidos. De cara a la publicación de su nuevo libro, “Obesidad infantil, una pandemia invisible”, que será lanzado en agosto, advierte que es necesaria una política pública a nivel país para combatir esta enfermedad, que cataloga como «multifactorial».

– ¿Cómo era el estado nutricional de los niños en el escenario de pandemia?

El mapa nutricional de la Junaeb nos ha revelado desde hace ya muchos años el aumento que ha tenido la obesidad infantil en Chile, que ha sido muy impresionante. Antes de la pandemia estábamos en una tendencia a estabilizar la obesidad en alrededor de un 24% en los niños de prekínder, kínder y primero básico. En el dato del año 2020, que fue el año de pandemia, aumentó un 28%, pero lo mas grave fue al año siguiente, el año 2021, que aumento un 35%, o sea, ahí realmente fue impresionante el alza que tuvo la obesidad en los primeros años.

– ¿Qué encontramos en el reciente Mapa Nutricional 2022?

Aparecen cosas interesantes. La obesidad en prekínder, kínder y primero básico bajó en relación con el año anterior. Lo que nos parece bien y ojalá se mantenga más baja, pero en 5° básico se mantuvo muy alta. Mas del 35% de los niños de 5° básico tienen obesidad y lo más grave es que en 1° medio la obesidad, que había llegado a un 16% en años anteriores, subió a un 20%.

– ¿Por qué alerta este incremento?

Porque significa que lo más probable es que esos niños van a seguir siendo obesos en la etapa adulta. Ese 20% es muy alto, porque es el dato de niños de la misma edad en Estados Unidos, que son los datos más altos de obesidad que tenemos en el mundo. A pesar que en el mapa bajó en general la obesidad, la mala noticia es que es muy alta todavía en niños de 5° básico y más alta aún en los de 1° medio. Se está desplazando la obesidad, cosa que no había pasado antes.

– ¿A qué se debe que ese incremento se haya dado en 5° básico?

Se debe a que en las casas se preocupan de darles una mejor alimentación a los niños menores de 6 años. Los niños que reciben un plato de comida en la noche, en vez de tomar once, son los que tienen menos de 6 años. En la once hay puros alimentos que engordan, en  cambio, en la cena, hay algo de carnes, verduras, frutas, legumbres, y comida más saludable. Pero esa preocupación se pierde cuando el niño entra al colegio. Además, en el colegio está expuesto a lo que se vende en los quioscos, que debería estar regulado, pero en la mayoría de los colegios no lo está.

– ¿Cómo hacer frente a la problemática de la obesidad infantil en el país?

Cuando hablamos de obesidad severa, hablamos de niños que tienen graves problemas, no solo de movilidad, sino que presentan hipertensión arterial, muchos de ellos diabetes tipo 2 y los lípidos elevados. En Chile, la obesidad no es considerada un problema. El país está en un déficit de políticas publicas frente a la alimentación saludable y la razón es que nunca se ha considerado a la obesidad como un tema prioritario.

– Sin embargo, hemos visto iniciativas como Elige Vivir Sano o la Ley de Etiquetado de Alimentos…

Ha habido varias iniciativas, pero todas han durado tres o cuatro años. Tuvimos el programa Vida Chile entre 1998 y 2005, luego vino el EGO, la Estrategia Global contra la Obesidad, entre el 2006 y 2011, el 2011 vino Elige Vivir Sano que duró hasta el 2015, y después vino el etiquetado nutricional, y así nos vamos con pequeños proyectos y programas sin una política de estado seria, contundente y de fondo.

– Ad portas del lanzamiento de su próximo libro, “Obesidad infantil, una pandemia invisible”, ¿Cómo debiese abordarse el problema de la obesidad infantil?

En mi libro planteo que el problema no es de salud, educación, ni desarrollo social. Es un problema de todos y es multifactorial: cómo está la vida familiar, cómo se alimenta la familia, los horarios de las comidas. Tenemos el problema de las pantallas, que se duplicó con la pandemia y que tienen efectos gravísimos en la alimentación, porque mientras se mira la pantalla no se come saludable. Hay factores socioeconómicos, ya que la obesidad es más alta en niveles más vulnerables. Hay factores climáticos y ambientales, por ejemplo, en Chile la obesidad es mucho mayor en Aysén y Magallanes, donde tenemos un clima con mucho más frío y con mayor contaminación ambiental por leña y los niños están confinados en sus casas. Todos estos factores son los que hay que trabajar en conjunto para sacar un plan nacional contra la obesidad.