¿Antártica en llamas? Los incendios que arrasaron sus bosques
Tiempo de lectura: 2 minutos La Antártica es el continente más frío del planeta, pero esto no siempre fue así. A finales del Cretácico existieron temperaturas más cálidas que favorecieron la existencia de verdes y frondosos bosques habitados por dinosaurios y mamíferos prehistóricos. Hace 75 millones de año, los incendios fueron frecuentes como consecuencia de una intensa actividad volcánica.
El nuevo descubrimiento se desprende de un estudio publicado recientemente en la revista científica Frontiers in Earth Science, que presenta nuevos e importantes datos para comprender la dinámica ambiental de la Antártica a lo largo del tiempo, siendo uno de los pocos trabajos que se ha encargado de estudiar eventos de paleoincendios en la península Antártica durante el Cretácico.
Este hallazgo se consiguió a través de las muestras paleontológicas recolectadas de la Isla Rey Jorge en expediciones científicas organizadas por el Instituto Antártico Chileno (INACH) y el Programa Antártico Brasileño (Proantar). La primera evidencia de la ocurrencia de incendios forestales en la Antártica ya había sido comprobada por la investigadora Joseline Manfroi en un artículo anterior del año 2015. Pero este nuevo trabajo comprueba que la Antártica estuvo en llamas durante el fin del Cretácico y que los incendios forestales fueron frecuentes en una Antártica que todavía estaba verde y que estos episodios se asociaban al fuerte vulcanismo de la época.
Nubes piroclásticas
“El intenso vulcanismo atestiguado para el Cretácico, que conformó gran parte de los extractos rocosos de la Antártica, fue también el impulsor de los incendios forestales que se produjeron en este mismo período. Sin embargo, al contrario de lo que se puede imaginar, no fueron los flujos de lavas ardientes los que consumieron la vegetación, sino el contacto de la vegetación con las nubes de las cenizas calentadas (nubes piroclásticas) que fueron expulsadas por los volcanes. Estas nubes de cenizas calentadas alcanzaron los bosques, provocando el inicio de incendios naturales en la vegetación”, explica la Dra. Joseline Manfroi.
Para las autoras y autores del texto, resulta relevante no solo comprender los cambios ambientales globales en el presente, sino saber qué sucedió en edades pasadas. “Esta construcción no solo contempla las señales actuales de perturbaciones en los ambientes, sino que es necesario dirigir nuestra mirada hacia estudios que representen una escala temporal más amplia. Siendo así, caracterizar y comprender los ambientes del pasado de la Tierra y sus agentes perturbadores (como el fuego), son herramientas fundamentales para construir escenarios y modelos que permitan entender mejor la dinámica terrestre y ayuden a conservar la biota actual”, comenta Manfroi.
Si bien la Antártica es conocida actualmente por sus temperaturas bajo cero y alrededor del 98 % de su territorio está cubierto de hielo, “a lo largo del tiempo geológico tuvo sus ambientes en llamas, como atestiguan los fósiles que muestran la ocurrencia de incendios en la vegetación. Y que la acción del fuego frecuente sobre la vegetación modeló y perturbó los bosques, influyendo incluso en la evolución y biodiversidad florística de estas zonas del globo”, finalizó la investigadora.
Fuente: INACH