¿Qué es la geotormenta investigada por físicos chilenos?
Tiempo de lectura: 3 minutos Una llamarada solar tan intensa que podría golpear el campo magnético terrestre, sacudiendo el planeta y provocando la caída abrupta de la electricidad, Internet y las redes de telefonía durante varios días. Esto es lo que advierte una investigación de tres físicos de la Universidad de Chile publicada en la revista científica Space Weather, donde ha destacado entre los estudios más leídos y descargados del año 2021.
Pasar días sin luz, Internet, televisión, celular, ni teléfono son algunas de las consecuencias del fenómeno climático espacial, una reacción de nuestro planeta al impacto de una poderosa eyección de energía que sale desde el Sol hacia el espacio. Si el evento es muy intenso, podría tener efecto en las comunicaciones, en distintas tecnologías y en las redes de transmisión de electricidad. Estamos en el ciclo solar número 25 y el próximo evento es inminente, a fin de año, revela el estudio.
En el mundo exterior, en tanto, también hay consecuencias, pues dañan los satélites, afectando así la exploración espacial y la tecnología que periódicamente lanzamos al espacio. Por ejemplo, a principios del año pasado, SpaceX lanzó una flota de satélites a la alta atmósfera y una eyección de masa coronal que ocurrió días antes, al alcanzar la Tierra, desencadenó una tormenta geomagnética que produjo cambios en la atmósfera y resultó en una pérdida de alrededor del 80% de los satélites de la flota.
La investigación, titulada “Ocurrencia de Tormentas Geomagnéticas y su Relación con las Fases de los Ciclos Solares”, fue realizada por el profesor Pablo Moya junto a Paula Reyes, investigadora de la U. de Chile, y Víctor Pinto, egresado de la Casa de Bello y hoy profesor de la U. de Santiago de Chile.
En el paper, los físicos chilenos muestran los resultados de un estudio sobre una serie de tormentas geomagnéticas ocurridas entre 1957 y 2019, a partir del cual identifican la probabilidad de ocurrencia de estos eventos y saber si serán moderados, intensos o severos. Su ocurrencia depende de la fuerza del ciclo solar (de aproximadamente 11 años de duración) y de las diferentes fases de este. “Nuestros resultados sugieren que el ciclo solar 25, que acaba de comenzar y que terminaría en 2034, aproximadamente, debería ser más fuerte que el ciclo actual. El máximo debería ocurrir entre este año y el próximo. El peak debería venir pronto”, advierte el profesor Moya.
¿Se puede predecir la fecha con certeza?
El último gran evento se registró el 2003 en el Hemisferio Norte y provocó un apagón de Internet de varios días. Un hecho casi anecdótico en un mundo prácticamente análogo en ese entonces, pero hoy, veinte años después, cuando toda la sociedad depende de la conexión a Internet, la electricidad y las comunicaciones, podría ser catastrófico. “Un evento realmente grande podría producir muchas pérdidas y muchos problemas de comunicación”, sostiene el profesor Moya.
En esta línea, relata que en 1989 se registró una tormenta geomagnética muy grande, bautizada como “El evento de Halloween», que produjo apagones por la explosión de transformadores, centrales eléctricas y líneas de transmisión debido a los efectos electromagnéticos en la superficie terrestre.
El primero registrado fue el “Evento de Carrington”, hace cerca de 150 años y “fue tan grande que la aurora se vio en Chile, se desconectaron las líneas del telégrafo pero la corriente inducida por la aurora las hacían funcionar igual y podían comunicarse solamente por el campo magnético generado”, señala el profesor.
“Si eso pasara hoy día, sería mucho más complicado porque fallaría Internet, fallarían los satélites, fallarían las comunicaciones, fallan los GPS… Se apagaría Internet y habría múltiples fallas en centrales eléctricas que en 1859 no existían”, afirma. “Un evento como ese no ha sucedido más hasta el día de hoy. Entonces, una de las preguntas es ¿qué tan probable es que esto ocurra mañana? Y, por lo tanto, nuestro trabajo tenía que ver con eso. Tenemos los datos y podemos hacer una relación estadística para predecir qué tan probable es que haya un evento extremo pronto”, asegura el investigador.
¿Estamos preparados?
El clima espacial es de vital importancia, ya que puede incidir en múltiples aspectos de nuestra vida como sociedad, desde las comunicaciones hasta asuntos geopolíticos, particularmente hoy, que dependemos en nuestro día a día de diversas tecnologías, como los satélites.
Existe una oficina en las Naciones Unidas que se preocupa del clima espacial y financia gran parte de las investigaciones en temas de plasmas en el espacio para entender la física del Sol, el espacio y la Tierra. Este trabajo tiene como propósito «ojalá algún día tener capacidad predictiva, de la misma forma que la meteorología». Para esto ya se realiza un monitoreo constante a la actividad del Sol desde las agencias espaciales, telescopios y satélites.
¿Hace daño a las personas? “Si estás en el espacio sí te puedes irradiar”, dice el profesor Moya. En la Estación Espacial Internacional, cuando hay eventos intensos, tienen protocolos de protección, de entrar en salones especiales para minimizar la radiación. Porque claro, se produce mucha radiación en el espacio, pero no llega a la Tierra de forma dañina para el ser humano.
Fuente: U. de Chile