Origen de las semillas de chorito en Chile es clave para adaptarse al cambio climático
Tiempo de lectura: 2 minutos Un estudio revela que las semillas de chorito (Mytilus chilensis) presentan diferentes capacidades de adaptación a eventos climáticos extremos según las condiciones ambientales de su lugar de procedencia.
El calentamiento global no solo afecta a la vida humana, sino también a los ecosistemas marinos y, con ello, a recursos vitales como los que sustentan la acuicultura costera en Chile.
En este contexto, un equipo interdisciplinario de científicos realizó una investigación centrada en comprender cómo las semillas del chorito chileno (Mytilus chilensis), segunda especie acuícola más cultivada en el país, responden a las presiones ambientales.
De acuerdo con el estudio, publicado en la revista Science of The Total Environment, las semillas responden de manera diferente según su lugar de origen, incluso si esos lugares están muy cerca. Esto sugiere que las condiciones del ambiente donde crecen influyen en su tolerancia y resistencia a eventos extremos.
La investigación estuvo encabezada por la estudiante de doctorado Nicole Castillo y el investigador Dr. Cristian Vargas, del Instituto Milenio en Socio-Ecología Costera (SECOS) y del Laboratorio de Ecosistemas Costeros y Cambio Ambiental Global ECCALab de la Universidad de Concepción (UdeC).
Experimentos revelan la adaptación local
Para desentrañar los secretos de la adaptación del chorito, los investigadores analizaron muestras provenientes de tres zonas geográficamente cercanas pero con condiciones ambientales distintas en la región de Los Lagos: Metri, Puelo y Caleta El Manzano (Hualaihué).
Se recopilaron datos oceanográficos detallados (temperatura, salinidad, pH) usando boyas y sensores cerca de los centros de cultivo para entender el ambiente natural de cada población.
Con esta información, se diseñaron experimentos controlados en los laboratorios del ECCALab y la Estación de Biología Marina Costera de Dichato (UdeC). Más de 900 choritos fueron sometidos a distintos escenarios de cambio ambiental simulado, midiendo variables clave como sus tasas de alimentación. Este complejo desafío logístico y técnico permitió evaluar la «plasticidad fenotípica» de las semillas, es decir, su capacidad para ajustar sus características fisiológicas en respuesta a cambios en el entorno.
«Los resultados indican que la capacidad de las semillas de choritos para responder a cambios ambientales está influenciada por el régimen de variabilidad ambiental y qué tan ‘predecibles’ sean las fluctuaciones en estas variables», explica Nicole Castillo, actualmente investigadora postdoctoral en SECOS.
Hacia una acuicultura resiliente al cambio climático
Uno de los hallazgos más relevantes es que la capacidad de adaptación no depende únicamente de la genética, sino también del ambiente experimentado por las poblaciones.
Aquellas semillas expuestas naturalmente a una mayor variabilidad en parámetros como temperatura o salinidad mostraron una mayor tolerancia frente a condiciones extremas simuladas en laboratorio. Esto sugiere que ciertos entornos costeros podrían estar «entrenando» a los choritos para ser más resilientes.
Estos descubrimientos tienen un valor práctico significativo para la mitilicultura (cultivo de choritos) chilena. «Estos hallazgos pueden contribuir a la identificación de áreas de cultivo más (o menos) resilientes a diferentes factores estresantes, proporcionando información clave para mejorar la capacidad de la industria de anticipar, responder y recuperarse frente a cambios ambientales», comenta el Dr. Cristian Vargas.