Karin Saavedra: La chilota que se convirtió en la primera ingeniera civil aeroespacial del país
Tiempo de lectura: 2 minutos «Las invito a todas a soñar en grande, a no limitarse», reflexionó la académica y primera ingeniera civil aeroespacial de Chile, Karin Saavedra.
Karin Saavedra Redlich, académica de la Universidad de Talca, se convirtió en la primera ingeniera civil aeroespacial de Chile, reconociendo su trayectoria y esfuerzo que la llevó desde Chiloé hasta la vanguardia de la innovación espacial. Su historia es un llamado a soñar en grande y desafiar los prejuicios.
La docente abordó los desafíos de abrirse camino en un campo históricamente masculinizado, su pasión por los materiales compuestos y su compromiso en impulsar a más mujeres a incursionar en las STEM.
Criada entre Chiloé y Puerto Montt, descubrió su pasión por la Ingeniería Aeroespacial casi por azar, al explorar las opciones universitarias disponibles.
«No es algo con lo que yo crecí. Pero tuve la fortuna de estudiar en un lugar muy aislado en Chiloé y luego en Puerto Montt (…). En esos momentos no habían universidades, entonces era muy común en clases con los compañeros pensar, soñar, imaginar, qué era lo que queríamos estudiar», explicó la académica.
Su interés por las matemáticas y su inclinación por desarmar y reparar cosas la llevaron a estudiar la carrera Ingeniería Aeroespacial en la UdeC, una decisión que marcaría el inicio de una carrera brillante y pionera.
«No fue una dificultad muy visible», recordó Karin respecto a enfrentarse a un espacio masculinizado, como lo son las carreras científicas. Frente a esto, destacó la figura de sus profesoras y mentores que le brindaron apoyo para seguir en su especialización.
Abrir oportunidades para las futuras ingenieras
Como la primera mujer ingeniera civil aeroespacial de Chile, Karin Saavedra no solo logró un hito personal, sino que también asumió la responsabilidad de guiar el camino para las futuras generaciones. Consciente de los desafíos para las mujeres en la STEM, fomenta la participación femenina en la ingeniería a través de iniciativas como el programa «Ingenieras para el mundo» de la Universidad de Talca.
«Muchas veces he dicho, no es quizás es más fácil ser la primera, pero es más difícil no ser la última«, expresó la ingeniera.
Por otro lado, vislumbra un futuro prometedor para esta disciplina en Chile, impulsado por la masificación de los aviones, el uso de drones y el desarrollo de satélites. Por esto, Karin llamó a las futuras ingenieras a no bajar los brazos y a mantener el compromiso con sus sueños.
«Algo fundamental es no tener miedo al fracaso, a equivocarse. Simplemente hay que soñar en grande e intentarlo. Eso también implica un esfuerzo, hay que esforzarse, hay un sacrificio detrás», sostuvo la docente.