El impacto del estrés en el desarrollo cerebral en la niñez: La reflexión de Adele Diamond
Tiempo de lectura: 2 minutos Durante la segunda jornada de Congreso Futuro, la profesora estadounidense de neurociencia, Adele Diamond, recalcó los factores nocivos del estrés cuando los niños y niñas habitan entornos desfavorables.
El inicio de la segunda jornada de Congreso Futuro en su versión 2025 estuvo protagonizada por la ciencia y la inteligencia artificial, seguida por las neurociencias y la reflexión sobre el estrés en la vida de los niños en desarrollo. La profesora de neurociencia de la Universidad de Columbia Británica, Adele Diamond habló sobre estos riesgos y consecuencias.
»Los niños pueden aprender a concentrarse y a poner atención y al mismo tiempo ayudar en la casa cómo preparar la comida. Eso les pide concentración absoluta», inició la reflexión de la neurocientífica.
Especialista en funciones ejecutivas, esenciales para la vida académica y social, la investigadora enfatizó la importancia del buen desarrollo durante la etapa de niñez. Estas funciones ejecutivas dependen de la corteza prefrontal, que ocupa casi un 30% de la corteza cerebral del humano.
Además, abordó la importancia de la memoria de trabajo y la flexibilidad cognitiva: la capacidad de aprender a pensar las cosas de una forma distinta, analizar opciones y perspectivas.
»La flexibilidad cognitiva también es una función ejecutiva importantísima. El hecho de poder ver algo de distintas perspectivas, ver algo de una manera nueva o cambiar de tareas», destacó la neurocientífica.
Estrés que se manifiesta en la vida adulta
En el caso de adultos que crecieron en ambientes hostiles y entornos de estrés, la neurocientífica afirmó que la comunicación entre la zona prefrontal empeora, por tanto, es incapaz de calmar la amígdala y la comunicación funcional no está funcionando. Esto hace que la persona viva en un estado de alerta.
»Para personas expuestas a un estrés particularmente intenso, al crecer, en la comunicación funcional entre prefrontal y la amígdala permanece alterada. Aún en la adultez, la amígdala es la región del cerebro que envía señales de alarma cuando hay un peligro en el ambiente», mencionó la profesora.
La expositora desmintió también la creencia de que el estrés permite tener mejores funciones ejecutivas. Como respaldo, detalló el estudio realizado en tres laboratorios que concluyeron lo contrario: dichas funciones ejecutivas mostraron un peor estado cuando se registró un leve nivel de estrés.
»Un estudio encontró que cuando una persona está estresada, el 37% tienen más posibilidades de tener baja memoria de trabajo y resolución de problemas», agregó la miembro de la Royal Society of Canada.
Otra fuente de estrés, según destacó la académica, es la pobreza y las preocupaciones asociadas a esta.
»Los laboratorios también encontraron que los cerebros de los niños y niñas cuyas familias tienen peor condición económica, no están seleccionando los distractores»
Con esto, la investigadora destacó que los niños que viven en entornos de bajos ingresos no pueden ignorar la distracción que puede amenazar su desarrollo. Esto indica que sus cerebros estarán trabajando con un mayor esfuerzo.
La importancia de un entorno saludable
Según expuso la académica, los niños necesitan actividades que les brinden autoconfianza y emociones positivas que les permitan desarrollar su creatividad y potencial.
»Los niños, los jóvenes necesitan actividades que les lleguen al corazón, a la mente. Desafiarlos hasta las estrellas», enfatizó la neurocientífica.
Las actividades necesarias pueden ser aquellas donde se mezcle creatividad, música, arte y todo aquello propio de la condición humana. Estas requieren de flexibilidad cognitiva, perseverancia y por supuesto, todas las funciones ejecutivas.
Esto se traduce en el desafío al que se enfrentarán los niños, algo clave para garantizar un desarrollo saludable, alegría, autoconfianza y mitigar altos niveles de estrés, enfatizó la experta.