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El guanaco: un jardinero natural para restaurar el bosque de Chile central

El guanaco: un jardinero natural para restaurar el bosque de Chile central

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Tiempo de lectura: 4 minutos Un nuevo estudio destaca a este animal como un aliado para la restauración del bosque esclerófilo en Chile central. Científicos proponen reintroducir esta especie como parte de un plan socioecológico que involucre a comunidades locales y actores clave.

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El guanaco no sólo es el mamífero más grande de Chile y un antiguo habitante del territorio sudamericano, cuyo nombre se originó del quechua: wanacu. Este gran herbívoro de huesos finos y pariente de los camellos, es considerado un verdadero jardinero natural, por su capacidad para ayudar a la regeneración del bosque esclerófilo, ecosistema de la zona central altamente degradado por la acción humana y la megasequía.

Tras la colonización en América, este animal comenzó a desaparecer de muchas zonas -como Chile central- y actualmente, sus poblaciones se encuentran fragmentadas a lo largo del país. Ahora, un reciente experimento demostró el importante vínculo de Lama guanicoe con el bosque mediterráneo chileno, particularmente con el espino, ecosistema en el que el guanaco ha habitado desde hace millones de años.

Matías Guerrero, investigador del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) y del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2), junto a Meredith Root-Bernstein, investigadora adscrita del IEB y parte del Museo de Historia Natural de París, lideraron una investigación en la que evaluaron cómo crecen los espinos -especie nativa del bosque esclerófilo-, cuando hay guanacos presentes. Dicho trabajo fue publicado en la revista científica Journal of Arid Environments.

¿Qué descubrieron?

El equipo reintrodujo cinco ejemplares del mamífero al interior de una hectárea en la zona de Altos de Cantillana, Región Metropolitana. Luego de dos años de estudio y diversas mediciones, los resultados mostraron que en aquellos sitios con presencia de guanacos, los árboles de Vachellia caven crecieron más que en la zona sin presencia de estos animales.

“En este experimento medimos el largo de la rama, la cantidad de subramas y el ángulo de las mismas. Y a partir de eso monitoreamos mes a mes todos los árboles marcados, cerca de 100. De esta forma nos dimos cuenta que los espinos dentro del cerco con guanacos, crecieron más que la zona control, que no tenía guanacos, pero sí animales de ganado”, explica Matías Guerrero.

Para el investigador doctoral del IEB, estos resultados indican que el guanaco puede tener “una relación evolutiva con el espino, desde hace millones de años” y que hasta el día de hoy ambas especies “se benefician mutuamente” con esta interacción. Asimismo, señala que el espino mostró una capacidad de adaptación a la herbivoría que no se conocía, lo que abre muchas ventanas para seguir explorando.

Guanaco ramoneando el espino.

Jardinero natural

El guanaco es un animal que realiza ramoneo, es decir, que se alimenta de hojas, brotes, frutos y plantas, como los arbustos. Por otro lado, se estima que su alimentación contribuye a la dispersión de semillas, las que pasan a través de su sistema digestivo y luego a sus fecas, permitiendo el enriquecimiento del suelo. De hecho, Guerrero señala que encontraron una plántula de espino germinando en uno de los defecaderos de este animal.

“Otro elemento que destaca al guanaco como un gran jardinero natural, es que al comer el espino, tiende a hacerlo de abajo hacia arriba, haciendo cortes secos, como si fueran hechos con una tijera. Al cortar una rama de esta forma, salen subramas y esto hace que el espino crezca más, tenga más hojas y se genere una cascada de efectos positivos”, menciona el científico del IEB.

Este mayor crecimiento convierte al espino en una especie “nodriza”, ya que la sombra que genera permite mayor humedad bajo el árbol o arbusto, lo que a su vez facilita la germinación de herbáceas y otras especies. Por esta razón, es que las y los científicos plantean que esta relación entre animal y planta, podría ayudar a la restauración del bosque esclerófilo, a través del “reasilvestramiento” con guanacos.

Guanacos en la zona de experimento.

Conservación del guanaco

El científico también destaca la afición del guanaco por revolcarse en el suelo, en los llamados “baños de polvo”, que facilitan la llegada de nuevas plantas en lugares antes ocupados por hierbas de rápido crecimiento, que monopolizan el suelo. Pero además, este animal es capaz de establecer sus propios caminos o senderos, permitiendo que el resto del bosque o matorral se siga regenerando, sin perturbarlo mayormente.

Respecto al estado de conservación del guanaco, desde la Región de Arica y Parinacota hasta Los Lagos, la especie se encuentra en categoría de “vulnerable”. Solamente en la Región de Aysén y Magallanes, su clasificación es de “preocupación menor”.

Sus principales amenazas son la presencia de perros de libre deambular y en algunos sectores, la actividad industrial.

 


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