Hoy arrancan las negociaciones para el tratado mundial de plásticos
Tiempo de lectura: 3 minutos Hasta el 1 de diciembre, la ciudad de Busan, en Corea del Sur, acogerá a las 175 naciones que negociarán un tratado global contra la contaminación por plásticos.
La última ronda de negociaciones internacionales para alcanzar un acuerdo que limite la contaminación de plásticos comienza este lunes en la ciudad surcoreana de Busan. La instancia no está exenta de dudas, principalmente por las diferencias entre países sobre la necesidad de limitar o no la producción de polímeros sintéticos.
La quinta y última sesión del Comité Intergubernamental de Negociación de la ONU (INC-5) se celebrará en la ciudad portuaria (situada 350 kilómetros al sureste de Seúl) hasta el próximo 1 de diciembre con la participación de delegaciones de 175 países.
Pese a las cuatro rondas previas de discusiones, que arrancaron a finales de 2022 en Punta del Este (Uruguay), los expertos consideran que apenas ha habido progresos concretos debido a los intereses contrapuestos de dos grandes bloques de países que afectan principalmente a la industria petroquímica.
Limitar o no la producción de polímeros
Por un lado se sitúa la llamada Coalición Ambiciosa para Terminar con la Contaminación Plástica (HAC), formada por 65 países, entre ellos la Unión Europea (UE), Reino Unido, México, Costa Rica, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Uruguay, Nigeria, Gabón, Japón, Corea del Sur o Australia, muchos de ellos importantes productores y consumidores de plásticos.
Por el otro se sitúa la Coalición Global para la Sostenibilidad de los Plásticos (GCPS), fundada y encabezada por Arabia Saudí y que integran también otros grandes productores de petróleo como Rusia, Irán o Baréin, además de China y Cuba.
A grandes rasgos, los primeros abogan por limitar la producción de polímeros primarios, compuestos derivados del petróleo con los que se fabrican casi el 100% de los plásticos de un solo uso, mientras que la segunda coalición, que cuenta también con el apoyo informal de Brasil e India, apuesta por centrarse en la gestión que cada nación hace de los residuos plásticos y del reciclaje de los mismos y dejar fuera del texto final toda referencia a los mencionados polímeros.
Un borrador sin referencias concretas
La anterior ronda negociadora, el INC-4 que se celebró en abril en la capital de Canadá, Ottawa, logró dar forma por fin a un borrador de unas 80 páginas con potencial para convertirse en un tratado vinculante.
Sin embargo, en su mayoría incluye referencias sin concretar sobre, por ejemplo, limitación en la producción mundial de plásticos, los recursos económicos a destinar para reducir el impacto que los plásticos tienen sobre el planeta o los plazos en los que se aplicarían las potenciales restricciones.
Organizaciones medioambientales y muchos Gobiernos, especialmente de países insulares visiblemente afectados por la contaminación plástica en los mares, advierten sobre la necesidad de alcanzar un acuerdo sustancial, al tiempo que los expertos subrayan la dificultad de las negociaciones, puesto que los acuerdos en el INC deben alcanzarse por unanimidad.
Durante la INC-5, al margen de las sesiones plenarias y las juntas del grupo de redacción jurídica, se reunirán cuatro grupos de consulta o de contacto centrados, a grandes rasgos, en producción de plástico, gestión de residuos, financiación e implementación y cumplimiento del futuro tratado.
Reducir la contaminación plástica para 2040
La Asamblea de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente (ANUMA) estableció en 2022 el INC con el objetivo de desarrollar un instrumento jurídico vinculante a nivel internacional que regule todo el ciclo vital de los plásticos, desde su producción y diseño hasta su consumo, desechado y reciclaje de cara a reducir el impacto que tiene sobre el planeta -con especial énfasis a nivel atmosférico y oceánico- y la salud humana para 2040.
Según datos de la OCDE, el volumen global anual de residuos plásticos se ha multiplicado por prácticamente 2,3 veces en las últimas dos décadas hasta alcanzar los 353 millones de toneladas en 2019, de las cuales solo el 9% se recicló (el 69% fue a parar a incineradoras o vertederos regulados y el 22% fue desechado o quemado sin controles de ningún tipo).
Se calcula a su vez que la producción de plásticos supone algo más del 5% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, un volumen que se cree que se duplicará para 2050, y la ANUMA estima que entre 19 y 23 millones de toneladas anuales de plástico van a parar a ecosistemas acuáticos cada año.