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Especialistas exponen debilidades en la protección de humedales

Especialistas exponen debilidades en la protección de humedales

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Tiempo de lectura: 2 minutos La ausencia de un plan de gestión y falta de coordinación entre organismos públicos con facultades para actuar frente daños son algunas de las falencias que reconocen académicos de la Universidad de Concepción.

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El aterrizaje de un helicóptero en la orilla de la playa en la zona del Humedal del Río Taucú (en Cobquecura) pone nuevamente de manifiesto la necesidad de fortalecer la conciencia en la sociedad sobre el valor de estos ecosistemas y de contar con herramientas que permitan su protección efectiva.

El episodio se suma al registrado hace unas semanas en la playa de Ritoque y humedal de Mantagua, donde una camioneta invadió el espacio de nidificación de las aves que habitan el lugar, amenazando sus vidas y la de sus polluelos.

Valor de los humedales

Los humedales son sitios saturados de agua (dulce, salada o salobre, de forma permanente o temporal) y, además de ser el hábitat de una flora y fauna específicas, entregan importantes servicios a los humanos.

La provisión de alimentos y agua dulce, el secuestro de carbono y la reducción del riesgo de desastres son algunos de los beneficios que ofrecen estos entornos que también son espacios para la recreación y el contacto con la naturaleza.

Consecuencias del daño ambiental

El académico de la Facultad de Ciencias Ambientales e investigador del Centro Eula de la Universidad de Concepción, Ricardo Figueroa Jara, señala que son varios los daños que puede provocar la presencia de un helicóptero en este tipo de hábitat.

“Por ser un humedal costero es rico en aves y el ruido puede causar un grave daño, al alejar a las aves de su sitio de nidificación. Además, estamos en una fecha en que también comienzan a llegar aves del otro hemisferio a poner sus huevos allí”, dice el Dr. en Ciencias Biológicas.

Desde esta perspectiva, explica, es un lugar cuya conservación va más allá de un interés nacional, tiene un valor global.

También anota el estrés que provoca el ruido sobre la población de la fauna costera -el helicóptero sobrevoló la lobería a baja altura- y el eventual daños que el aterrizaje pudo generar a otras especies, así como otros perjuicios ecológicos que deberán evaluarse en su momento.

Coordinación institucional

Desde la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UdeC, el académico Óscar Reicher Salazar señala que los impactos de la actividad humana en estos ambientes “siempre han presentado un desafío a la institucionalidad no solo ambiental, sino que en general al funcionamiento de la administración pública que debe resguardar estos ecosistemas”.

A juicio del académico, estos casos demandan una coordinación entre los organismos que sí tienen facultades para regular situaciones que pueden generar un impacto en ambientes que están bajo protección.

“Lo que corresponde ahora es avanzar hacia instancias institucionales que promuevan una actividad coordinada de los diversos servicios públicos. Por otra parte, se necesita que la ciudadanía comprenda efectivamente que, independiente de si (un lugar) está o no declarado como área protegida, éste tiene un ecosistema (…) y que cuando se introducen elementos externos genera defectos en el funcionamiento de ese sistema”, indica.


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