Consejos para reducir el desperdicio de alimentos en el hogar
Tiempo de lectura: 2 minutos El desperdicio de alimentos afecta tanto al medio ambiente como a la economía familiar, es por eso que una nutricionista entrega recomendaciones para enfrentar este problema mundial.
El pasado miércoles 16 de octubre se celebró el Día Mundial de la Alimentación, una fecha que busca concientizas sobre un problema que es cada vez más visible en la actualidad: el desperdicio de alimentos.
Según el Ministerio de Agricultura, cada año se desperdician aproximadamente 3.700 millones de kilos de alimentos.
De acuerdo con Claudia Rojas, académica de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad Andrés Bello, “los alimentos perecederos, como frutas, verduras, lácteos y carnes, son los que más se desperdician debido a su corta vida útil y las deficientes prácticas de almacenamiento”.
La docente señala que estos productos, que necesitan ser mantenidos en la cadena de frío para prolongar su conservación, suelen durar apenas 24 a 48 horas si de dejan a temperatura ambiente.
Planificación para el consumo responsable
Para reducir este desperdicio, Rojas propone una planificación cuidadosa de las compras y el consumo. «La planificación semanal de nuestras comidas es una de las herramientas más efectivas para combatir el desperdicio de alimentos. Pero esto no quiere decir solo organizar lo que comeremos, sino de darle prioridad a aquellos productos que vencerán primero, como las frutas y verduras, que van perdiendo color, textura y valor nutricional con el paso de los días.
Además, sugiere que, en lugar de dejarnos llevar por compras impulsivas o antojos, compremos lo justo de acuerdo con las necesidades del grupo familiar. “Lo ideal es adquirir lo necesario. Ni más ni menos. Descongelar solo lo que vamos a consumir, revisar regularmente las fechas de vencimiento y reutilizar los restos de días anteriores son pequeñas acciones que, a la larga, generan un gran impacto, tanto en la economía familiar como en la reducción de la presión sobre el sistema de gestión de residuos”, agrega.
Las palabras de la especialista toman gran relevancia cuando, según datos de la FAO, un tercio de los alimentos producidos en el mundo son desperdiciados.
Rojas sugiere algunas alternativas para no botar a la basura alimentos que puedan estar o parecer añejos, «frutas y verduras que comienzan a verse sobremaduras no deben desecharse automáticamente. Pueden transformarse en batidos, compotas o salsas, mientras que el pan añejo puede convertirse en pan rallado o crutones», señala.
En este sentido, la académica de la UNAB subraya que la educación y la concientización sobre el manejo de los alimentos son fundamentales para reducir el desperdicio y avanzar hacia un consumo más sostenible.