Ricardo Baeza Yates, Premio Nacional de Ciencias: «La IA no es sustituto de nuestra capacidad de pensar»
Tiempo de lectura: 2 minutos Ricardo Baeza-Yates, Premio Nacional de Ciencias Aplicadas y Tecnológicas 2024, abordó los desafíos éticos y técnicos que plantea la inteligencia artificial en entrevista con Cooperativa Ciencia.
Ricardo Baeza Yates es el nuevo Premio Nacional de Ciencias Aplicadas y Tecnológicas 2024, quien fue destacado por su contribución a la ciencia básica y aplicada, en el ámbito de la computación, destacando su aporte a la mirada ética y responsable en el uso de la inteligencia artificial (IA).
En conversación con Cooperativa Ciencia, el ingeniero destacó que la proliferación de herramientas como ChatGPT, Bard o LLaMA exigen un uso ético de la IA.
Esta labor, indicó Baeza Yates, recae en dos actores: las empresas que desarrollan y comercializan estas herramientas, y las personas que las utilizan.
«Si tienes un problema con tu auto, no vas a buscar la empresa que fabricó la pieza que falla, sino al que te vendió el auto», dijo el académico de la Universidad de Chile, quien agregó que es crucial que los usuarios sean conscientes de las limitaciones y riesgos de la IA, para que su uso sea responsable y ético.
Los riesgos de la IA
Si bien, la IA generativa ofrece un potencial enorme, Baeza Yates advirtió sobre los riesgos que conlleva su desarrollo descontrolado. La desinformación, la manipulación de la información, la vulneración de la privacidad y la influencia negativa en la salud mental son solo algunas de las amenazas que plantea la IA.
«Es algo que estamos recién explorando de ver si realmente aprenden habilidades que se pueden comparar a las humanas o no, pero es difícil creer que solamente por procesar mucho texto uno va a adquirir inteligencia. Ahora, realmente no sabemos que es la inteligencia humana, tampoco sabemos cómo adquirimos nosotros la inteligencia a través de un proceso evolutivo, y también cómo lo aprendemos a medida que vamos creciendo», señaló.
La educación es la clave
Baeza-Yates hizo un llamado a la comunidad científica, a las empresas y a la sociedad en general a reflexionar sobre los desafíos que plantea la IA. Es fundamental desarrollar mecanismos de evaluación y control para garantizar un uso responsable de la tecnología. Asimismo, es importante educar a la población sobre las capacidades, limitaciones y riesgos de la IA, para evitar su uso indiscriminado.
«Necesitamos ser conscientes de las diferencias entre la IA y la inteligencia humana, y entender que la IA no es un sustituto de nuestra propia capacidad de pensar y actuar», concluye Baeza-Yates. El futuro de la inteligencia artificial está en nuestras manos, y es nuestra responsabilidad utilizarla de forma ética y responsable.