Especialista aborda el “boom” de las aplicaciones de citas en Chile
Tiempo de lectura: 3 minutos En 2023, el crecimiento de datos móviles de la APP Bumble creció un 273%, cifra que demuestra su alta demanda al momento de decidir conocer a otras personas. Para el sociólogo, Dante Castillo, este es un fenómeno reciente que se instaló con fuerza, y que puede tener ventajas y desventajas.
Bumble, Tinder o Badoo. Esas son sólo tres aplicaciones de las muchas que hoy existen en internet para encontrar parejas, futuras relaciones de amistad o simplemente un espacio para interactuar desde un teclado y a distancia. Se podrían definir como especies de “bares virtuales” donde diariamente llegan cientos de personas en búsqueda de pares para socializar, ese acto tan natural como antiguo.
Y si hablamos de cifras, tras la pandemia, los números de esas apps se incrementaron. Tanto así que, en 2023, la empresa de telefonía WOW informaba que Bumble y Grindr habían aumentado el uso de sus datos móviles en 273% y 87%, respectivamente.
¿Cómo se puede explicar este fenómeno? Según el sociólogo y académico de la Universidad de Santiago de Chile, Dante Castillo, “estamos en la etapa prehistórica de las relaciones digitales. Y lo que han visto los generadores y los controladores de esas apps es que es muy fácil filtrar el consumo porque cuentan con perfiles de usuarios tan claros y tan autodefinidos, que después será mucho más fácil proponer formas no sólo de vida sino también de los productos a consumir”.
Castillo indica que en lo que respecta a la búsqueda de relaciones en las plataformas digitales se configura un universo que no es completamente homogéneo. “En principio estas herramientas se crearon para ayudar a que las personas se conocieran y conectaran. Por lo mismo, se podrían analizar como una expresión de las transformaciones en cultura y de las prácticas sociales de la sociedad postindustrial”. Y, por esa razón, el experto indica que hoy es difícil valorarlas o juzgarlas porque están insertas “en un mundo que está en un constante cambio”.
¿Ventajas y desventajas?
El académico de la Usach sostiene que, al momento de pensar en las ventajas y desventajas de esas aplicaciones se tiene que considerar los perfiles de usuario y lo que buscan al momento de comenzar a usarlas. “Hay gente que busca pareja romántica, otras quieren amistad y otros tipos de intercambios. Entonces, tenemos tantos perfiles como grupos sociales también que se expresan”.
En lo que respecta a ventajas, el académico Usach indica que estas apps “permiten conocer personas fuera de su círculo social habitual. Además, su uso es cómodo e inmediato. Con ellas, se puede evitar el preámbulo social que se da en los contactos reales. Por otro lado, ofrecen una variedad de opciones de encontrar a gente con intereses distintos o compatibles con el mismo usuario. Todo eso gracias a los filtros disponibles”.
A su vez, el sociólogo señala que la mayoría de esas aplicaciones permiten interacciones previas a la cita biológica, por ejemplo, a través de videollamadas, la mantención de un “anonimato inicial” y el acceso a comunidades sociales específicas. Y, en lo que respecta a algoritmos, las plataformas siempre están aprendiendo y aplicando mejoras continuas para asegurar la seguridad de los usuarios.
Ahora, en el caso de las desventajas, Castillo explica que la segmentación que realizan estas aplicaciones “generan fracturas en la cohesión de los grupos sociales” en la medida en que “yo solamente conozco de los míos o de las mías”, lo que, en grandes niveles, terminan generando menos idearios compartidos.
Por otro lado, siempre es posible encontrar perfiles falsos. “Muchas veces, no sabes con quién te estás conectando, y eso puede terminar siendo riesgoso cuando los encuentros llegan al cara a cara”.
En materias de ciberseguridad, el sociólogo pone acento en la gran cantidad de datos que estas aplicaciones son capaces de recolectar desde sus usuarios. “Estos pueden ser vendidos o compartidos sin consentimiento y las apps pueden argumentar que dichas acciones fueron realizadas sin autorización”.
Y finalmente, aparece el tema de la dependencia de su uso, situación que en algunos casos llega a la adicción. “Hay personas que se pasan mucho tiempo revisando perfiles, cosa que termina afectando a su vida social y a su bienestar emocional”.
Con respecto a este último punto, Castillo comenta que, en varios casos, la gente sube fotos editadas o “perfiles más cuidadosos” que luego, en una videollamada o en un encuentro real puede provocar una desilusión. “Hay veces en que las expectativas no se cumplen y la autoestima termina viéndose afectada. Eso se puede expresar en problemas emocionales por falta de aceptación, o directamente, por constantes rechazos”.
La emoción del uso
El sociólogo de la Usach asevera que muchas de las personas que buscan sociabilizar a través de las apps de citas generan dopamina (el llamado “neurotrasmisor de la felicidad”) y “en un mundo carente de estímulos positivos, eso genera placeres inmediatos y, por lo mismo, dependencia”.
En síntesis, Dante Castillo sostiene que el uso de plataformas “no es ni bueno ni malo” ya que esa calificación depende del sector social que esté realizando el juicio. Insiste que, pese a lo reciente de su llegada, su funcionamiento y su modelo de negocio está activo y creciendo. En otras palabras, estas apps llegaron para quedarse y evolucionar.