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¿Cómo afecta el calor en la salud del estómago?

¿Cómo afecta el calor en la salud del estómago?

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Tiempo de lectura: 2 minutos Con temperaturas cercanas a los 40° en la RM, el fenómeno del niño impacta más allá que la piel. Según especialistas en salud digestiva indican que existe una estrecha relación entre el estómago y las temperaturas diarias siendo esencial el alimentarnos y potenciar el cuidado intestinal.

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Sea invierno o verano, la temperatura corporal se mantiene en un rango de 36,5°C a 37,5°C, principalmente debido a que los sensores del cuerpo ayudan a redirigir la sangre a donde más se necesite, actuando como un calefactor. Cuando ocurre la digestión de los alimentos en el tracto digestivo se genera calor por el proceso de fermentación, que ejecuta la microbiota intestinal para hacer más eficiente la digestión en el tubo digestivo. 

Sin embargo, cuando se expone a temperaturas altas, el cuerpo redirige el flujo sanguíneo principalmente a la piel para expulsar el calor y mantener la temperatura corporal, dejando de lado procesos digestivos. Catalina Garrido, ingeniera en biotecnología de NUP! Chile, advierte que tal proceso es el causante de posibles enfermedades estomacales. 

“Esta redirección del flujo sanguíneo afecta a el tracto gastrointestinal disminuye la capacidad de digestión y aparecen síntomas como el estreñimiento, la diarrea, las náuseas y la acidez. Esto acompañado con la deshidratación por altas temperaturas y la proliferación de patógenos bacterianos (bacterias malas) gastrointestinales que ven favorecido su crecimiento por el aumento de temperatura tanto en el intestino como en los alimentos frescos, aguas no tratadas y la naturaleza” detalla Garrido. 

A medida que la temperatura aumenta, las infecciones gastrointestinales bacterianas parecen incrementarse también, por lo tanto es importante proteger el jardín interno, es decir, fortalecer la microbiota intestinal con bacterias buenas como los probióticos, para evitar el incremento de las bacterias comensales oportunistas que cuando proliferan, a concentraciones más altas a las normales, causan enfermedad o malestar. 

La experta destaca tres elementos clave para fomentar bacterias beneficiosas: temperatura, pH y nutrientes. “Mantener el equilibrio corporal, consumir probióticos reguladores de pH y garantizar la ingesta de fibra son claves para un tracto digestivo saludable”, comenta la ingeniera.

Más frutas y verduras

Para una dieta veraniega saludable, la especialista propone abundantes verduras y frutas, especialmente hortalizas verdes ricas en fibra, así también un alto consumo de agua. Reducir la ingesta calórica y proteica ayuda a facilitar una digestión más eficiente durante los días más calurosos.

Entre las bacterias recomendadas están las del grupo Lactobacillus y Bacillus, “estas se llevan el podio por su capacidad para controlar patógenos intestinales. La especialista también subraya el valor de la fibra prebiótica, la cual estimula selectivamente el crecimiento y la actividad de estas bacterias buenas”, concluye Catalina.

La temperatura no solo se trata del clima exterior, también es el termómetro del bienestar digestivo. Estar consciente de su impacto puede marcar la diferencia en cómo tu cuerpo enfrenta los días más calurosos.

Fuente: NUP! Chile


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