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Ivette Ulloa y Luciano Travella: Jóvenes chilenos a la COP28

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Tiempo de lectura: 3 minutos Tras un intenso proceso de selección, ambos jóvenes fueron elegidos para representar al país en las mesas de negociaciones que se darán en el marco de la COP28, que se realizará este 30 de noviembre en Dubái.

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Queda solo una semana para el inicio de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático COP28, que se llevará a cabo en Dubái el próximo 30 de noviembre. Como cada año, serán más de 200 países los que participarán en la búsqueda de consensos para frenar la crisis climática. Entre ellos, se presentará Chile encabezado por autoridades políticas, científicos, activistas y representantes de empresas, pero también la juventud tendrá una voz protagónica.
Para este año, ese papel recaerá en Ivette Ulloa (24), geógrafa de la Universidad de Concepción y activista mapuche, y Luciano Travella (28), geólogo y trabajador de la Oficina de Transición Socioecológica Justa del PNUD.
Ambos fueron los seleccionados del concurso “Operación COP: Juventudes Embajadoras por el Clima”, un programa que el Ministerio de Relaciones Exteriores realiza en colaboración con The Climate Reality Project – América Latina.

Las negociaciones

Tanto Luciano como Ivette se han estado preparando durante estos meses para representar al país en los acuerdos de la COP28. «Vamos a estar negociando directamente con los países«, explica Ivette.
En el caso de Luciano, el foco de su participación estará puesto en las alternativas de financiamiento para enfrentar la crisis climática. «Este siempre suele ser el tema más polémico, porque finalmente podemos llegar a muchas ideas, propuestas bien buenas, pero si no hay plata no andan. Ahí siempre está la tensión entre los países que debiesen donar esa plata, que son los desarrollados, y quienes la reciben», explica Travella.
Por su parte, a Ivette le corresponderá negociar en temáticas de adaptación, agricultura y construcción de capacidades. Respecto a esta última, dice que «es mi prioridad en esta COP. Además, es un reto porque lo voy a hacer sola. Voy a negociar sola por Chile, sin equipo. Así que es un reto muy muy grande».

Una intensa selección

Para llegar a la COP28, ambos jóvenes chilenos tuvieron que atravesar por un reñido proceso de selección que contó con la participación de 80 personas. En una primera etapa, enviaron un video, su currículum y una carta de motivación. Con todo eso, fueron elegidas las 30 mejores postulaciones, que pasaron a realizar un curso sobre los principales temas de negociación.
«Después, tuvimos que enviar otro video, simular ser otros países. A mí me tocó ser Marruecos y a Ivette la Unión Europea. Teníamos que estudiarlos e ir a defender nuestra postura. Todo eso iba siendo evaluado por la delegación chilena y The Climate Reality Project. Finalmente, las dos mejores evaluaciones fueron las seleccionadas«, cuenta Travella.

Habitar zonas de sacrificio

Además de su participación en la COP28, Ivette y Luciano tienen algo en común: la experiencia de vivir en zonas de sacrificio.

«Yo vivo en Coronel. De hecho, mi familia también fue erradicada por una termoeléctrica que se construyó. Vengo de una familia que luchó mucho en contra de esta construcción y nunca se nos escuchó, tampoco nunca se nos tomó en cuenta porque somos una familia mapuche«, comenta Ulloa.

Tras esa realidad, fue apareciendo una inquietud por alzar la voz en representación de las comunidades más invisibilizadas. «En el activismo climático vemos distintos tipos de realidades y yo no veía mucho la representación de una mujer mapuche, una mujer joven, que estuviera liderando algo o que le estuvieran haciendo (…) entonces quise bajar eso a una nueva realidad«, dice la geógrafa.

Por su parte, Luciano proviene de Copiapó. «Al frente mío tengo un relave de zona saturada hace muchos años, entonces siempre mi acción fue a nivel local desde lo que podía hacer estudiando Geología. Cuando vi este concurso y dije: ¡Guau! Te llevan a conversar con los países y a escalar en este ámbito», cuenta.

«Es una responsabilidad»

Es, justamente, esa la posibilidad que hoy se presenta para que estos jóvenes puedan revertir las condiciones en las zonas de sacrificio. «Dijimos: Oye, si afortunadamente se nos dio la oportunidad (…), entonces podemos escalar lo que hacemos aquí a pequeña escala desde lo global», agrega el geólogo.
«Es nuestra oportunidad para poner sobre la mesa lo que queremos y lo que esperamos. Lamentablemente ya somos la generación que no se puede planificar 30 o 50 años más, porque no sabemos cómo va a estar nuestro planeta», menciona Ulloa. Y agrega: «Para nosotros esto es una responsabilidad«.

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