En qué fijarse de la intensa actividad sísmica en Islandia
Tiempo de lectura: 3 minutos La actividad sísmica continúa cerca de Grindavík, en el suroeste de Islandia, donde hasta este miércoles se habían registrado casi mil terremotos, mientras el aumento de los niveles de dióxido de azufre (SO2) medidos en la atmósfera apunta a que se está acercando a la superficie.
La radiotelevisión pública islandesa RUV informó de que dos de los sísmos registrados desde la medianoche fueron de una magnitud superior a 2 y que la actividad es comparable a la registrada en las últimas horas, pero los temblores son mucho menores, por ejemplo, que el día 11.
La grieta detectada en Grindavík sigue ensanchándose y moviéndose, apuntó RUV.
Benedikt Ófeigsson, de la Oficina Meteorológica de Islandia (IMO, por sus siglas en inglés), había señalado ayer que es probable que el magma bajo Grindavík se haya acercado mucho a la superficie, posiblemente unos 500 metros, y precisó que el aumento de los niveles de SO2 medidos en la atmósfera es una prueba de su proximidad.
«El SO2 no se libera del magma hasta muy cerca de la superficie. Sólo en el kilómetro superior», precisó, citado por RUV.
Orden de evacuación
Este aumento de dióxido de azufre en la atmósfera llevó a las autoridades de Grindavík a evacuar este martes la ciudad mientras algunos residentes recuperaban parte de sus pertenencias, aunque está previsto que pueda acceder a ella otro grupo de gente.
«La probabilidad de una erupción es considerada todavía alta. En el caso de una erupción, la localización más probable es el dique volcánico», señaló en un comunicado la IMO.
Las autoridades islandesas han iniciado la construcción de barreras de protección contra la lava, de 6 a 8 metros de altura, en torno a la cercana planta eléctrica de Svartsengi y la Laguna azul, el famoso balneario geotermal situado en la zona y cuyo cierre se ha prolongado al menos hasta el 30 de noviembre.
Los trabajos de construcción podrían prolongarse entre 30 y 40 días, informó el medio digital islandés Visir.
¿Sismos y actividad volcánica?
Felipe Aguilera, director del Instituto Milenio de Riesgo Volcánico – Ckelar Volcanes, explica que, las seguidillas de sismos que están ocurriendo ahora en Islandia «responden precisamente a la intrusión de magma en la corteza cercano a la superficie, pero al interior de la estructura volcánica».
En este sentido, complementa el académico de Geología de la Universidad Católica del Norte, «toda la sismicidad que está ocurriendo en la península Reykjanes en Islandia, es producto del ascenso del magma«.
Pero, más allá de la frecuencia de los sismos, lo que preocupa es «más bien su magnitud», dice Aguilera.
El investigador de CIGIDEN, Felipe Aron, explica que, «como todo evento, hay amenazas naturales que pueden afectar a la población y se deben tomar las medidas de mitigación necesarias, como alertas de color amarillo, naranjo y rojo, que van avanzando en la medida que se acerque una potencial erupción».
¿Afectará al país?
Según el investigador de Ckelar Volcanes, «no existe ninguna relación entre la actividad sísmica en Chile con la de Islandia, son eventos geológicos completamente diferentes«.
Aron menciona que Islandia es país muy volcánico. «Los islandeses están acostumbrados a vivir con este tipo de erupciones, se encuentran en un contexto tectónico muy activo. La isla se ubica en una dorsal oceánica que es esta zona del océano donde se esta generando magna y que constantemente está erupcionando en el fondo del mar, llegando a la superficie», indica el geólogo.
Sin embargo, Aguilera advierte que «todos los datos actuales indican que efectivamente vendría una erupción en un plazo que podría ser de horas a varios días, depende mucho de la velocidad en que el magma se mueve a la superficie».
De todas formas, el académico UCN explica que aún no hay certeza de lo que sucederá. «Incluso podría llegar a ocurrir que la erupción no ocurra y que quede atrapado en la corteza, es una posibilidad», señala.