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Un «algodón de azúcar cósmico» visto desde Chile

Un «algodón de azúcar cósmico» visto desde Chile

Cooperativa Ciencia,

Tiempo de lectura: 2 minutos Un equipo de astrónomos, desde Chile y gracias al telescopio de Gemini Sur, ha logrado obtener una imagen que registra las consecuencias de una colisión de galaxias espirales hace mil millones de años y que revela vastas franjas arremolinadas de polvo y gas interestelar parecidas a un algodón de azúcar.

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En el centro de esta caótica interacción se encuentran dos agujeros negros supermasivos, los más cercanos de este tipo registrados desde la Tierra, informa el estadounidense Laboratorio Nacional de Investigación en Astronomía Óptica-Infrarroja (NOIRLab).

Los brazos arremolinados de una galaxia espiral están entre las figuras más reconocibles del cosmos; son largas franjas que se extienden circularmente desde un núcleo central, cada una repleta de polvo, gas y deslumbrantes zonas donde se están formando nuevas estrellas.

Sin embargo, esta particular figura puede deformarse y adoptar una forma mucho más extraña y amorfa durante una fusión con otra galaxia.

Este es el caso de NGC 7727, una galaxia peculiar ubicada en la constelación de Acuario, a unos 90 millones de años luz de la Vía Láctea.

El equipo de astrónomos registró la imagen de las consecuencias de la fusión utilizando el espectrógrafo multi-objetos instalado en el telescopio de Gemini Sur en Chile, que forma parte del Observatorio Internacional del mismo nombre operado por NOIRLab de NSF (Fundación Nacional de Ciencias) y AURA (Asociación de Universidades para la Investigación en Astronomía).

«La imagen revela vastas franjas arremolinadas de polvo y gas interestelar que se parecen a un algodón de azúcar recién hilado a medida que se envuelven alrededor de los núcleos fusionados de las galaxias originales».

Como resultado se ve una mezcla dispersa de regiones activas de formación estelar y franjas de polvo rodeando al sistema.

Agujeros negros supermasivos

De NGC 7727 destaca sus núcleos galácticos gemelos, cada uno de los cuales alberga un agujero negro supermasivo, como han confirmado los científicos gracias al telescopio VLT del Observatorio Europeo Austral (ESO).

Los dos agujeros negros supermasivos, de los cuales uno tiene 154 millones de masas solares y el otro 6,3 millones de masas solares, están separados entre sí por aproximadamente 1.600 años luz.

Se estima que ambos se fusionarán eventualmente en cerca de 250 millones de años, formando un agujero negro aún más masivo mientras dispersan violentas ondas gravitacionales a través del espacio tiempo.

Una vez que el polvo se haya asentado, NGC 7727 se convertirá eventualmente en una galaxia elíptica compuesta por estrellas más viejas y con muy poca formación estelar.

Fuente: EFE


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